

El aeropuerto celestial,
la mejor migración
Enero 26, 2025
Creado por: Margarita Orozco, Teóloga y Mg en Educación. Creadora de Contenidos de Conectar Global

Tensiones terrenales: el viaje del migrante
La salida de un país de origen, especialmente a través de un aeropuerto, puede generar diversas tensiones para un migrante, sobre todo si su situación es irregular o si se encuentra en un contexto de migración forzada. El miedo y la ansiedad se hacen presentes ante los controles migratorios, la posibilidad de ser detenido o deportado, los interrogatorios y la angustia de ser separado de amigos o familia.
Además, hay que lidiar con la incertidumbre y la desorientación ante los procedimientos desconocidos, en particular si no se habla el idioma. La falta de información sobre los derechos y procedimientos migratorios, y el cambio repentino de entorno y la exposición a una cultura diferente se suman a la tensión. ¿Y qué decir de la tensión emocional y psicológica que generan las despedidas? Aunque todo esté en orden, la despedida de familiares y la sensación de soledad pueden ser emocionalmente difíciles.
Ciudadanía celestial: un pase de entrada divino.
Tal vez nunca a lo largo de nuestra vida pasemos por un momento así; sin embargo, como cristianos, debemos reconocernos como extranjeros y peregrinos en esta tierra. El momento en que recibimos esa nueva ciudadanía está marcado por el reconocimiento de Cristo como el Salvador y la aceptación por fe de su sacrificio a favor nuestro. A partir de ese momento, aunque vivimos y somos de esta tierra, nuestra ciudadanía y pertenencia están en otro lugar. La Biblia lo registra de esta manera:
«En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo.» (Filipenses 3:20)
«Queridos hermanos, les ruego como a extranjeros y peregrinos en este mundo que se aparten de los deseos pecaminosos que combaten contra el alma.» (1 Pedro 2:11)
¡Qué gran diferencia! Al pasar por el aeropuerto que nos da entrada al cielo ya no hay tensiones angustiantes, ni controles migratorios, ni tristes despedidas, ni el miedo a ser deportados, ni la angustia por no tener los papeles en regla. Nuestro pase de entrada es directo, una gran celebración de bienvenida nos espera. Nada de esto es por algo que hicimos, ni por nuestro apellido o país de origen, todo es por la gracia, el favor inmerecido de Jesús en nosotros.
Viviendo como peregrinos: entre dos mundos.
Sin embargo, mientras estemos en la tierra vivimos en tensión constante, entre los deseos terrenales y el anhelo del cielo, y la lucha por vivir según los valores del reino en un mundo que los contradice. Todas las luchas, momentos amargos y sufrimiento quedarán atrás cuando entremos a nuestra nueva patria, en la cual ya no habrá más dolor ni tristeza, porque Dios mismo será nuestro consuelo (Apocalipsis 21:4), por la ciudadanía celestial. Por esta razón, podemos identificarnos con los migrantes y extranjeros alrededor del mundo. Esa identificación nos debe mover hacia la gran comisión, ellos necesitan conocer esta buena noticia y la esperanza en la que nosotros nos movemos.
Aunque el tema de la migración es complejo y tiene muchas aristas, en países como México y Centroamérica, muchas iglesias han establecido albergues y refugios para migrantes que viajan hacia Estados Unidos, ofreciendo alimentos, ropa, clases de inglés y apoyo emocional. ¿Qué cosas me atan a este mundo y me impiden vivir plenamente como ciudadano del cielo? ¿Cómo puedo cultivar un mayor anhelo por mi hogar celestial? ¿Cómo puedo apoyarme en mi comunidad de fe para sostenerme en mi peregrinación? ¿Cómo puedo ser un reflejo del amor de Cristo hacia los extranjeros que me rodean?
Oración por los migrantes:
Señor Jesús, estamos muy agradecidos porque, por tu muerte en la Cruz, nos diste acceso a una nueva ciudadanía eterna en los cielos. Ayúdanos a vivir con los ojos puestos en ella. Desarrolla en nosotros un corazón compasivo por el extranjero y el migrante, porque nosotros mismos somos uno de ellos. Oramos para que podamos compartir esta esperanza con esta comunidad que tanto necesita encontrar su verdadero hogar en ti.
En tu nombre, amén.
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Estudiante: Martha Rodríguez
Puerto Rico

Estudiante: Norma González
Estados Unidos

Estudiante: Carlos Olarte
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